Ser LGBT en la escuela: discriminación y ausencia de espacios educativos

«Es fundamental poner énfasis en el bullying homofóbico, ya que convergen asuntos de derechos humanos, educación y sexualidad

Por César Paucar

Para las personas LGBTIQ, la etapa escolar no ha sido la mejor experiencia de nuestras vidas, dado que muchxs hemos sido violentadxs de alguna u otra forma en razón de nuestra sexualidad. No digo que esta sea la regla general, pero es bastante común escuchar relatos constatando que estas agresiones son más habituales de lo que se podría pensar.  Según un estudio realizado por Promsex en 2016, en el Perú, 8 de cada 10 estudiantes LGBTI ha sido víctima de acoso verbal (bromas, insultos y amenazas)  y  1 de 5 ha sufrido agresiones físicas debido a su orientación sexual, identidad o expresión de género. Asimismo,  4 de 5 estudiantes ha escuchado a docentes y autoridades escolares usando términos denigrantes vinculados a la orientación sexual. Este último dato evidencia que los niños, niñas y adolescentes LGBTI en la escuela viven en una “situación de politivictimización” donde las agresiones se dan de múltiples formas, múltiples veces y por múltiples agentes

Es fundamental poner énfasis en el bullying homofóbico, ya que convergen asuntos de derechos humanos, educación y sexualidad. No obstante, muchos aún pretenden invisibilizar la existencia del bullying de carácter homofóbico, dado que el “bullying” siempre ha existido y ha sido bastante normalizado  en los espacios educativos.

Según la UNESCO (2015), existen diferencias importantes entre bullying y bullying homofóbico:

“Con los términos ‘acoso escolar homofóbico’ o ‘bullying homofóbico’ nos referimos a aquellos comportamientos violentos por los que un alumno o alumna se expone y/o queda expuesto repetidamente a la exclusión, aislamiento, amenaza, insultos y agresiones por parte de sus iguales, una o varias personas que están en su entorno más próximo, en una relación desigual de poder, donde los agresores o “bullies” se sirven de la homofobia, el sexismo, y los valores asociados al heterosexismo. La víctima será descalificada y deshumanizada, y en general, no podrá salir por sí sola de esta situación, en la que se incluye tanto a jóvenes gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, pero también a cualquier persona que sea percibida o representada fuera de los patrones de género más normativos”.

TESTIMONIOS

En base a la necesidad de conocer  de manera más directa esta problemática, tres personas*  aceptaron ser entrevistadas para que puedan contar, desde su propia perspectiva, cómo vivieron su niñez y adolescencia en diversos espacios educativos.

*Las tres personas dieron su consentimiento a ser entrevistadas para Politeama,pe,. Dos decidieron ser visibles y una de ellas prefirió preservar su identidad.

Antay Vargas:

 “Me perdí de muchas cosas en mi adolescencia por ocultar quién era para  mantenerme a salvo”

Antay, 24 años

Antay, es un hombre trans de 24 años, es músico y ha estudiado derecho. Actualmente  tiene un proyecto musical como Andresonando, en el que realiza música con conciencia social desde el activismo LGBTIQ.

¿Cómo fue tu experiencia siendo un hombre trans en la escuela?

Fue sumamente difícil, pues por muchos años estudié en un colegio católico para mujeres cisgénero. Aún no había salido del clóset como hombre trans, pero en muchas ocasiones escuché comentarios, tanto de compañeros y docentes, que cuestionaban mi expresión e identidad  de género.   Mis padres se enteraron de esta situación, por lo que en 4° de secundaria me trasladé a otra escuela pues, a su manera, querían protegerme de esas agresiones. Al ingresar a este colegio, las cosas no mejoraron, pues tenía el miedo constante de ser expulsado y no contar con el apoyo de mis padres. Siento que por mi identidad trans, mis padres me sobreprotegieron bastante y por eso  me  perdí de muchas cosas en mi adolescencia,  por ocultar quién era para mantenerme a salvo.

¿Qué le dirías a la juventud trans que está pasando por un mal momento en espacios educativos?

Les diría que hay esperanzas, que pronto muchas cosas se pondrán mejor. Tal vez aún no crean esto por el contexto en el que viven, pero la vida es hermosa. Es muy probable que muchxs familiares y amigxs se alejen, pero podrán encontrar personas que las valoren. Y lo más importante: no olviden nunca quererse y abrazarse a ustedes mismxs. 

Martín Rengifo:

“Durante el colegio, perdí la confianza en mí  mismo. Me quitó bastante tiempo de descubrimiento personal”.

Martín, 22 años

Martin, es un hombre cisgénero y homosexual. Tiene 22 años y reside en el Callao. Actualmente, está culminando su último ciclo de comunicación audiovisual, y ha realizado trabajos en los que visibiliza la diversidad sexual y de género.

¿Cómo fue tu experiencia siendo un adolescente homosexual en la escuela?

Fue una experiencia muy dura. En mis primeros años, era un chico muy desenvuelto y siempre estaba dispuesto a participar en las actuaciones escolares. Sin embargo, cuando fui creciendo y me cambié a otro colegio más grande, me volví muy introvertido y callado. Cuando llegué  a este nuevo colegio, fui víctima de agresiones verbales y psicológicas debido a que no solía realizar actividades que se supone “los niños debían practicar”, sentí que limitaron mi identidad. Tanto fue el acoso, que me cambiaron de sección en más de una ocasión porque los niños me fastidiaban mucho. Me sentí muy solo por bastante tiempo. Durante esta etapa, perdí la confianza en mí mismo. Me quitó bastante tiempo de descubrimiento personal.

¿Qué mensaje le darías  a algún adolescente que esté pasando por algo parecido?

Le diría que no tiene nada de malo ser diferente, tal vez hoy no lo vea así, pero en un futuro las cosas se pondrán mejor. No es fácil lidiar con un ambiente machista y homofóbico, más aún si eres un niño o adolescente LGBTIQ en pleno autodescubrimiento. Es difícil sentir que pierdes “los mejores años de tu vida”, pero, en mi experiencia propia, a través de trabajos académicos y audiovisuales he podido explorar mi identidad y la de otras personas que merecen ser reconocidas de igual manera.

Anne*:

“Ser testigo de las agresiones a personas LGBTIQ y la indiferencia de los docentes en la escuela, ocasionó que no quiera compartir mi orientación sexual (bisexual) por el temor a ser agredida”.

Anne tiene 26 años, es bachiller en Derecho y se identifica como una mujer cisgénero y bisexual. Ha trabajado en temas de derechos humanos  que abarcan género y discapacidad.

¿Cómo fue tu experiencia en la etapa escolar? ¿Ya te percibías como una persona bisexual?

En mi caso,  no fui abiertamente bisexual hasta que estuve en la universidad, por lo que, afortunadamente, no me agredieron de manera directa por mi orientación sexual. Sin embargo sí fui testigo de lo normalizado que estaba agredir a personas LGBTIQ.  Algunos compañeros de grados mayores vivían su sexualidad de manera más visible, pero esto los exponía a ser violentados. Recuerdo que a un compañero lo acosaban constantemente por no cumplir con expectativas de género, ya que solía jugar vóley y tenía muchas amigas mujeres. En el caso de los docentes, jamás hablaron del tema y del reconocimiento a la diversidad sexual, pese a que tienen un rol importante en los centros educativos.

Ser testigo de las agresiones a personas LGBTIQ y la indiferencia de los docentes en la escuela, ocasionó que no quiera compartir mi orientación sexual (bisexual) por el temor a ser agredida. Al estar en un colegio parroquial, sabía que no iba a poder estar en un espacio que me brindara protección.

¿Qué le dirías a lxs niñxs y adolescentes LGBTIQ que sufren de agresiones en razón de su sexualidad?

A aquellxs niñxs LGBTIQ que viven con miedo, les diría que tal vez ahora estén pasando por una situación muy difícil, pero  la diversidad es hermosa. También les diría que en su búsqueda por ser felices encuentren a personas con las que puedan sentirse segurxs compartiéndoles parte de sus vidas. Más que vivir en el clóset, es mucho mejor vivir tranquilos. No voy a negar que puede ser un proceso muy doloroso, pero también puede haber  mucho amor y acompañamiento.

*Anne, decidió preservar su identidad por motivos de confidencialidad.

***

César Paucar es estudiante de Comunicaciones en la PUCP. Interesado en temas de género, desarrollo y derechos humanos.

Edición: Alejandra Bernedo

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