COP25: ¿Cuál será el futuro de nuestros océanos?

Por Juan Carlos Jerí Vidal

El mar peruano es un verdadero tesoro situado en uno de los cuatro grandes sistemas de afloramiento que existen en el mundo, que son básicamente bombas gigantes que transportan nutrientes desde el fondo marino hacia la superficie, propulsadas por corrientes marinas y el viento. Este proceso nutre a las algas microscópicas (plancton) que son la base de la cadena alimenticia en el mar. De estos cuatro grandes sistemas, el peruano es el que produce la mayor cantidad de peces. No por nada tenemos un sector pesquero artesanal e industrial tan productivo. Sin embargo, los efectos del cambio climático amenazan esta gran riqueza de la cual dependen millones de personas, al ser fuente de trabajo y de alimento. Entonces, ¿qué estamos haciendo a nivel de empresas, gobierno o sociedad civil respecto al cambio climático? ¿Es suficiente?

Foto: Oceana Perú

Estos días se llevó a cabo en Madrid la “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019” o “Conferencia de las Partes” (COP25), a la que también han denominado “COP Azul”. Este último nombre debido a que por primera vez se enfocará en los océanos y se discutirán medidas para su protección y manejo sustentable. Hagamos una pausa para reflexionar que en las 24 conferencias anteriores no se le dio prioridad a las tres cuartas partes del planeta que corresponden a los océanos del mundo. Los mismos océanos que contribuyen con US$2.5 trillones anuales a la economía global, sin mencionar que es hábitat de la mayoría de las especies del planeta y es fuente de sustento para cientos de millones de personas. 

El enfoque de este año en los océanos es particularmente importante. Según un informe publicado recientemente por motivo de la COP25, algunos de los efectos que se esperan como producto del cambio climático son:

  • La pérdida del 15-30% de la biomasa animal en el mar y migración de especies hacia aguas más profundas y/o zonas polares, lo cual afectará directamente el desempeño de las pesquerías.
  • La pérdida de 72-87% de los arrecifes de coral, los cuales son focos de biodiversidad, zonas importantes de turismo y barreras naturales de zonas costeras.
  • La pérdida de biodiversidad en el ecuador y extinción de especies en los polos. Las estimaciones de estos impactos varían de acuerdo con las condiciones con las que se hacen las proyecciones. Como sería de esperarse, los impactos más severos serían con un escenario de “business as usual”, es decir, en el que no se haga nada sustancial para evitar el cambio climático.

Es necesario que las grandes naciones trabajen en estrategias conjuntas para reducir drásticamente sus emisiones, además de conservar los ecosistemas y los servicios que nos proveen. Por ello, en el informe de la COP25, se recomiendan tres grandes ejes de acción prioritaria que se deben tomar:

  • Enfocarnos en la equidad al enfrentarnos a un escenario en el que se incrementarán las brechas de desigualdad social. Solo mediante un verdadero enfoque igualitario, inclusivo, representativo y participativo podremos hacer frente a los efectos que el cambio climático tendrá en nuestra sociedad.
  • Debemos ver hacia el futuro, anticipar los cambios, ser flexibles y tomar decisiones que prioricen la salud de los ecosistemas. Seguir en un escenario de “business as usual” es insostenible. El mundo está cambiando y debemos adaptarnos a estos cambios (rápido).
  • Cooperar. Tan simple, tan obvio, y probablemente una de las acciones más importantes que debemos tomar. Los efectos del cambio climático trascienden fronteras y solo las acciones colectivas serán efectivas.

La verdad es que es difícil hacer seguimiento a los avances de los países en sus compromisos para combatir y mitigar los efectos del cambio climático. Esto se debe, en muchos casos, a la falta de indicadores claros, plazos establecidos y el monitoreo de las estrategias que se adoptan. Lo que sí es fácil de identificar es la prioridad que le dan los gobiernos y cómo se refleja esto en sus acciones. Los gobiernos deben priorizar este asunto ya que no solo está en juego la biodiversidad de nuestro planeta, sino el sustento, la salud, los hogares y la cultura de cientos de millones de personas.

En un mundo de Bolsonaros y Trumps en espacios de poder, queda en manos de las demás naciones colaborar y presionar para generar los cambios necesarios. Y, ¿qué nos corresponde a los ciudadanos? Elegir mejor. Elegir prácticas sostenibles, elegir mejor lo que comemos, elegir a que empresas apoyamos y, lo más importante, elegir a candidatos que prioricen acciones para combatir la emergencia climática, en lugar de criticar a una niña que solo les pide a los líderes del mundo que escuchen a los científicos y salven su futuro. El tiempo corre, el clima está cambiando, cambiémos nosotros también.

Juan Carlos Jerí Vidal es Master Student – Coastal Science & Policy University of California Santa Cruz.

Edición: Sandra Miranda

Referencias:

Gaines, S., R. Cabral, C. Free, Y. Golbuu, et al. 2019. The Expected Impacts of Climate Change on the Ocean Economy. Washington, DC: World Resources Institute. Available online at http://www.oceanpanel.org/expected-impacts-climate-change-ocean-economy

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